La piedra del deseo.

-vaya- dijo razios llegando -así que tenemos a un....mutante por aqui- dijo refiriéndose a sanguinius y luego miro a nathal -¿porque hiciste algo sin pedir mi ayuda?-

-Te mandé un mensaje telepático-se quejó-sino lo escuchaste, no es mi culpa.

-bien- dio este mientras revisaba todo -ahora al menos ya hemos hecho un paso. pronto seguiremos o al menos eso espero- dijo el druichii mas el druida hablo -ella aun se tiene que quedar aqui. y seguir aprendiendo. al menos que quieras irte- dijo este mirándola fijamente a los ojos. esperaba una respuesta sincera y no una por deber

Nathal mantuvo su mirada.

-Seré sincera, druida. Dentro de mi yace una cicatriz de hielo que me impide usar mi don, el fuego. -Confesó-Quisiera dominar el druidismo para tratar de deshacerme de la cicatriz.

-puedo verla- dijo sanguinius -la cicatriz...puedo verla- dijo este apuntando al hombro -empezo aquí y recorrio hacia esta dirección- dijo apuntando al corazón y luego hacia el vientre de nathal -y aquí donde termino- dijo este -aquí, al final de la cicatriz se puede sentir la esencia misma de la muerte esa misma que hace que la vida tenga miedo pero no se el porque esta ahi- eso era suponer realmente lo peor

Nathal miró a Sanguinius y se estremeció agachando la cabeza y llevándose la mano al estómago.

aparentemente era lo que temía:la cicatriz de arthas había eliminado toda posibilidad a nathal de concebir vida alguna. pues sobre ella estaba la presencia de la muerte la cual era imborrable. el rey examine había atacado en donde mas lastimaba a nathal:en su propio espíritu

-Maestro por favor, dígame que puede sanar esta herida, dígame que algún día concebiré la vida en mi interior, derretiré el hielo que me carcome y que podré usar de nuevo mi don, mi vida el fuego. Dígamelo, por favor.-Le pidió arrodillándose en el suelo con la mirada empañada por lágrimas saladas-Dígame que el sacrificio que hizo Razios en su día no fue en vano, por favor, dígamelo...

-ojala- dijo el druida este mientras todo desviaban la mirada -pero no podemos. solo el que te hizo la cicatriz puede quitártela- dijo sanguinius -fuera de eso no hay manera-

-Por favor se lo pido, maestro. -Dijo Nathal cabizbaja, intentando contener su rabia y su frustración una vez más-Sígame enseñando, sígame enseñando para algún día, poder vencer a quien me hizo esto.-Levantó la mirada y en ella, se veían las brasas del fuego que ardía en su interior herido-Enseñemeló para así poder vencerle y entonces... solo entonces le enseñaré de que soy... capaz!!!!!!!!!!!!!!-gritó con todas sus fuerzas mientras llamas la envolvían.

razios lo noto. el fuego que venia ardía con la misma decisión de ella. con la misma intensidad de la rabia y la frustración y todo eso se movía bajo el mismo sentimiento que ahora guiaba a la semi-elfa y la seguiría guiando hasta destruir al rey examine y el mismo que veía y sentía el como druichii:el gran y puro sentimiento del odio. el druida a gran pesar para el acepto. no porque quisiera sino porque sabia que la semi-elfa no se detendría a aparir de ahora. asi que acepto a regañadientes

El fuego se extinguió y se extinguió como las brasas de los ojos de Nathal quien empezó a llorar ahí mismo mientras se abrazaba a sí misma, mirando al suelo, desesperada.

todos querían hacer algo pero sabían lo inútil que seria. así que suspirando al ausonio se retiraron. dejando a nathal sola en ese lugar sin nadie quien la pudiera ayuda. o al menos asi debería cuando pudo ver a esa ave:un maldito cuervo en un árbol que parecía reírse de la desgracia de nathal y al mismo tiempo decirle algo. al parecer estaba apuntando a lo que seria una jaula que los demás no vieron y le estaba indicando(o al menos ella creía eso) que debía ir ahí.

Nathal se incorporó.
-Lárgate, pajarráco. Solo traes desgracias, lejos, vete, déjame en paz-le gritó ahuyentándolo.

el cuervo se puso sobre la jaula emitiendo el ruido característico de estas aves de mala suerte y para sorpresa de nathal se escucho un débil voz dentro de la jaula. ella miraba curiosa mientras el ave comenzaba a sobrevolar alrededor de la semi-elfa mientras la pregunta iba en su mente ¿debía ir y ver que era lo que había dentro?

-¿Quién eres?-preguntó secándose las lágrimas y luego miró al cuervo.-Vete, largo, déjame en paz, no estoy muerta.

-h...o....l..a- dijo lo que estaba dentro con voz débil. la luz de la luna reflejaba en algo lo que había debajo. era parecido aun humano pero mucho mas grande.era calvo y su rostro reflejo algo que nathal en cierto sentido compartía: la soledad y la tristeza ahí es cuando supo que no le haria daño

Nathal se acercó un poco más pero aun guardaba distancia prudencial, con la mano en el mango de la espada.

-hola-saludó nerviosa.

-como. tu llamar- dijo el de forma torpe y apagada como si no pudiera dar orden a las palabras de forma correcta -como se llama?- nathal noto que apesar de su altura. este gigante era con un niño. uno que habia estado solo demasiado tiempo

-Nathal-le contestó pero diciendo el nombre lentamente.-¿Cómo te llamas tu?

-yo...llamar....no saber. no tener nombre- dijo este mientras una lagrima se escapaba de su rostro -quisieras tu darme nombre?- pidió este de forma torpe pero amable

Se puso a pensar.

-¿qué tal... Artur?-le preguntó.

-....Artur...- dijo este con una sonrisa que parecía no haberla hecho nunca -ojala poder salir de aquí- ahí la semi-elfa sabia que dejarlo ahi solo seria tan despiadado como el rey examine. y ella nunca se rebajaría a un nivel como ese

Nathal preparó su arma y rompió la cadena que mantenía sujeta la puerta para dejarle salir.

-Eres libre, Artur.

el gigante callo y al sentirse que podía moverse y que era libre. lo primero que hizo fue una sorpresa completa para ella: salio corriendo hacia ella y lo abrazo -gracias!. yo querer- sea lo que sea ese gigante. tenia lamente de un niño pequeño y aparentemente veía a nathal algo cercano a su madre. mientras veía como el cuervo se alejaba recordó que los natare lo usaban.....¿habrán participado de alguna manera en eso?. ella no lo sabia y después de un momento. no le importo