La piedra del deseo.

-Leman, ¿puedo hablar contigo un momento a solas?-le preguntó y miró a Sanguinius-Lo siento.

-claro- dijo russ -bien. ire a ver cuando llegan nuestros hermanos- dijo sanguinius y luego de ello el alado se fue. -bien- dijo russ -de que quieres hablar?-

Se sentó en el suelo y le contó lo sucedido.

-¿La pifie, verdad?-le preguntó cabizbaja, sin mirarle.

-tal ves- dijo russ -lo de la cicatriz pues lo veo como una marca de batalla. te arrojaste hacia el enemigo con determinación. y valor. como un lobo- dijo este con un sonrisa -me agrada eso de las personas

-¿Y lo de mi decisión?-le preguntó-Ahora no puedo convertirme en loba.

-eres una loba no por transformarte en una- dijo russ -sino por mucho que has demostrado ser. quiero que veas y reflexiones todo lo que has hecho hasta ahora. y que veas si has cambiado en algo- luego de esto el lobuno salio corriendo a la misma dirección que el alado. tal ves porque esperaba recibir a sus hermanos. y dejo sola a nathal con sus pensamientos

Nathal se quedó ahí sentada, mientras le veía correr en la dirección contraria a la suya. De repente, se sintió desolada pero algo en ella, la empujaba a no estar triste y finalmente se mostró.

-Buenos días, pequeña.
-Abuela-gritó feliz.
-Sí, todavía soy tu abuela. Ese hombre tiene razón. Reflexiona y sabrás que habrás obrado bien. Aunque eches de menos el poder transformarte, no dejes que esa pena te absorva. Por el contrario, aprende a vivir en armonia con Thor y la naturaleza que te rodea, sé feliz.-Y desapareció.

-sabes lo que le has hecho- dijo una voz femenina. cuya voz parecia un susurro
-callate- dijo el druichii mientras apretaba el mango de la espada -no me importa lo que digas-
-nadie escapa de su naturaleza. eres un monstruo y aparentemente a ella le gustan- la voz de luna era molesta y destruía la poca quietud que el druichii tenia.

Se tumbó en la hierba, bocaarriba dispuesta a pensar pero enseguida cerró sus ojos y se puso a recordar lo que había pasado tanto en su infancia como juventud.

Recordó las ganas que tenía siempre de despertar y ver a su madre dispuesta a enseñarle algo nuevo, luego recordó con profundo dolor como había perdido esa sonrisa eterna que era su madre, quien jamás se enfadaba con ella y siempre le hablaba en susurros. Dejó fluir libremente las lágrimas y suspiró.

"¿Realmente seré una loba aun sin poder transformarme?" se preguntó mentalmente, recordando con una sincera sonrisa el tiempo vivido con su padre; amargo pero divertido. Recordaba los largos paseos al prado, las largas caminatas en busca de caceria y como le enseñó a usar su arco corto de los elfos y a tener punteria... Volvió a recordar una muerte, esta más dolorosa por lo cercana que le parecía: La desaparición de su padre. El día del entierro solo estaba ella y el capellán que, tras muchos ruegos de la joven semi-elfa, había aceptado a oficiar una misa en honor al hombre caido; luego de eso se había ido ella sola al prado a llorar de tristeza varios días en los que estuvo sin comer ni beber a duras penas y entonces, llegó el rumor.

La carta vino acompañada de un hombre sonriente que le tendió una mano amiga, en vez de reirse o burlarse de ella.

-Me llamo Pinto, ¿podría saber tu nombre, joven?
-Nathal-dijo con la voz apagada, igual que su mirada.
-Bonito nombre-le sonrió-¿Me parece que sabes usar un arma, no?
-Así es, el arco élfico corto-contestó.-Aunque algo también la espada. Pero... ¿qué le importa a usted lo que yo sepa hacer?
Se rió.
-Habrás oido del rumor, ¿no?
Asintió, aun sin fiarse del todo.
-Bien, pues se está armando una asamblea para mandar a gente en busca de ese rumor y destruirlo. Has sido elegida para representar este pueblo.
-No bromee-le dijo dándose la vuelta y atiando el fuego de su hogar, para cocinarse alguna cosa.
-No bromeo, Nathal. Si bromease, la carta no llevaría este sello, creo que lo has visto en algún lugar, no?
Abrió los ojos como platos y luego volvió a mirar el fuego.
-¿Cuando partimos?
-Ahora, si quieres.

Recordó que había dejado el atiador colgado y luego había apagado el fuego de su hogar, aunque... en aquel entonces, había tenido la intención de regresar. Regresar... que lejos le parecía ahora aquella palabra.



En la asamblea, defendió a capa y espada la libertad y entonces, abrió los ojos incorporándose.
-Es por lo que lucho, por la libertad-se recordó a sí misma y regresó al campamento, no podía estar más tiempo separada de Thor.

razios hundió mas su espada y apretó la espada mientras que los recuerdos venían a el. realmente el siempre odio esos recuerdos.

recordo como era la vida en naggaroth. la tierra del frió. como el viento sucio y polvoriento golpeaban cada instancia mientras el pisaba la sangre seca del suelo. sangre que nunca se detenía porque las elfas brujas así lo querían. los gritos de dolor y la suplicas de que todo terminara. se mezclaba con la risa de las elfas brujas como respuesta y los gritos de placer de estas hacían un eco fúnebre. los olores de la sangre,los gritos de las victimas y el placer de arrebatarle algo a alguien todo eso hasta el momento en el que la espada sacaba el corazón de la victima. y llega la siguiente. repitiendo todo el proceso.

era la vida en naggaroth. pero el recuerdo en el que estaba ahora era lejos de ahí.

el arca negra en el que iban. el palacio del placer sangriento. iba a todos los lugares para hacer de las suyas. pueblos eran acabados por la kabala* de nader alma oscura. los débiles eran eliminados,los fuertes eran apresados y el dolor seguía y seguía.

pero tanto éxito tampoco es bueno y uno que otro rival político pues....ya se imaginaran. apenas la kabala de nader desembarco y fue hasta un pueblo todo fue sencillo. al menos hasta que las fuerzas humanas llegaron. no seria un problema grave execto por ese maldito...

en un jinete ese maldito con una lanza. alain. razios y posiblemente nadie habia visto una fuerza similar. el propio nader murio decapitado por ese jinete. y poco a poco los demas....al final pensaron que iban a morir defintivamente pero legaron aun reino humano. uno de tantos en donde creyeron que eran altos elfos. no fue dificil para ellos mezclarse y reponerse. todo seria facil o asi debia serlo hasta que el tonto druichii se topo con ella..una chica iluminada por la luz de la luna.....


razios despertó. sabia que no debía dejarse sucumbir por los recuerdos. así que trato de dar un paseo

Una vez junto a Thor y Artur, se sintió un poco más relajada.

razios saco sus espadas. había recordado demasiado y recordar es algo que el odiaba hacer. asi que sencillamente fue a un lugar lejano a practicar. al final de cuentas eso era todo lo que podía. no mejor dicho. eso era todo lo que quería hacer

Cerró sus ojos en un momento dado y sintió sobre su mano una bola de fuego que enseguida se extinguió.
Los abrió y se dedicó a observar a Artur y a Thor jugar.

las ráfagas que dejaban las espadas de razios al pasar no era suficientes para el. sentía que había algo que lo detenía. algo que no lo dejaba estar completo. pero no sabia que era. y eso lo hacia odiarse mucho mas que antes

-Ven Thor, vayamos a dar una vuelta-el lobo fue con ella y ambos fueron a ver a Razios.

-maldicion!!- dijo el druichii y finalmente callo de rodillas. lleno de furia por algo que no queria imaginar pero que sentía que pasaba:estaba llegando al limite de su habilidad. y posiblemente eso era todo lo que podía hacer. mientras nathal,everton y inclusive el inútil de erik seguían avanzando. sentía que se volvía cada ves mas inútil y tal ves asi fuera

-¡¡¡Razios!!!-gritó nathal acercándosele con Thor al lado.-¿Estás bien?

-estoy bien- dijo el elfo oscuro -estoy bien- luego de eso se levanto y fue a caminar hacia algún lado. con una mezcla de rabia eh impotencia de no poder hacer nada.

Nathal quiso seguirle, pero obtó por quedarse donde estaba.

-¿Qué te ocurre, Razios?-le preguntó al aire.

caminando lentamente entre el bosque. se preguntaba ahora que hacer. "nada" dijo la maldita voz en su cabeza "solo ayuda a la semi-elfa antes de que esta seguía adelante y dejes de ser útil para ella" razios se sentó mientras pensaba en un hecho un tanto molesto:tal ves fuera verdad y haya dejado ser útil para ella y para alguien mas

Thor lanzó un pequeño ladrido lastimero a Nathal y esta se agachó para acariciarle la cabezona.
-Lo sé, yo también estoy triste, pequeño Thor.

-que haré ahora?- se dijo a si mismo inútilmente "lo único para lo que has nacido....tu sabes que hacer". tal pensamiento es el único lógico que pudo seguir. al final se levanto y volvió a donde nathal. resuelto ahora de que había nacido para una cosa y que no podía cambiarla

Thor fue a corretear hacía él pero, se detuvo, mirándole.

-¿Qué ocurre, Razios?-le preguntó Nathal con un poco de miedo.

-nada- respondió secamente. mientras pasaba por un lado de ella -nada- y sencillamente continuo andando

Nathal le siguió.

-estas diferente, algo a tenido que pasarte, Razios.-Intentó detenerle.