La piedra del deseo.

Elrik obedeció y desenfundó su arma, preparado para lo que viniera.

los seres aparecieron pero para fortuna de el barbaro y el caballero. era humanos y aparentemente no querían pelear. tal ves habia una posibilidad. una pequeña posibilidad de no combatir y poder dialogar.

-¿Qué opinas?-le preguntó Elrik a Andrew.

-opino que tienes que callarte como tal y tratar de hablar. porque como veo. estamos en gran pero gran desventaja- dijo el bárbaro mientras tenia una mano en la empuñadura -tu eres mejor en eso de...como le dicen?..socializar. así que trata de que no nos maten- dijo viendo al resto

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-un lugar aterrador...no crees?- dijo el elfo oscuro a la semi-elfa mientra veia alrrededor. un montón de ruinas de los que parecian templos o casas o posiblemente ambas. una extraña energía emanaba alrededor mientras notaban que el cielo no era el mismo. sino que estaba de un extraño color ámbar. como estar en un mundo distinto pero en el suyo a la ves. algo sin duda consternaste

-Hola... venimos en són de paz-empezó Elrik, nervioso.


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Asintió.
-¿Por qué crees que tenga esta atmósfera, Razios?-le preguntó nathal, abrazándose a sí misma.

-nosotros decidiremos si es verdad- dijo uno de ellos mientras la situacion no parecía mejorar para erik o para andrew.

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-no lo se- dijo el elfo oscuro -pero es algo como triste y hermoso a la ves. me provoca por alguna razón. una cierta nostalgia...¿acaso a ti no?-

-Somos hombres de bien-replicó.


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-No sé a qué te recordará a mi me parecen unas simples ruinas.

-enserio?- dijo uno de ellos en tono sarcástico -y porque deberíamos creerte?- replico mientras todos parecían mirar al caballero
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-así como muchos creían que la piedra del deseo era eso. una piedra...pero nada es lo que parece- dijo viendo las ruinas. las cuales despedían un cierto poder. pero no sabia que era

Elrik no tenía más argumentos que decir, agachó simplemente la cabeza. Era un inutil.


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-Hmmm... Tal vez fuera un templo natare en el pasado-supuso.-O de alguna otra raza-se encogió de hombros.

-pueden atacarnos- dijo andrew -pero perderán tiempo. posiblemente pierdan nombres mientras esta ciudad que apuesto que es suya esta siendo quemada- los guerreros miraron a andrew mientras el bárbaro miraba a erik en forma de reproche. como tratando de decirle con la mirada lo inútil que es

Elrik se encogió en su sitio, crispando los puños. Cada vez estaba más convencido que los natares le habían usado en el pasado.

-bien- dijo uno de ellos -un error y les arrancaremos los ojos antes de que si quiera puedan respirar...sigamos-

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-tal ves. o tal ves no....empiezo a creer que hay mucho de este mundo que no conocíamos en realidad- dijo el druichii -y que todo lo que yo crei era cierto. se esta desmoronando-

Elrik les siguió todavía crispando un puño mientras Nathal miraba a Razios, todavía abrazándose a sí misma.

-¿Qué crees que encontraremso entre las ruinas?-le preguntó.

erik y andrew pasaban por el pandemoniun que era esa ciudad. gritos se podían escuchar por doquier y el ambiente era sencillamente surrealista

-supongo que eso es lo que tenemos que ver- dijo el druichii mientras subia los viejos escalones de la escalera de piedra hacia la entrada del templo

Vio la entrada al templo y se estremeció, agarrando con fuerza la empuñadura de su espada heredada.

-Entremos.-Dijo decidida.

-maldicion estan aqui- dijo uno de los soldados. andrew y erik no entendia hasta que vieron en una dirección. era un monton de gente con espadas cortas,cuchillos y demases. sus mirada no era nada que ellos dos habian vistos. y ademas se contanaban por cientos -ocultistas. justo lo que faltaba-

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lentamente abrieron la puerta y una gran oscuridad inundaba el salón. - no veo nada...nathal crees que puedas iluminar el lugar. aunque sea un poco?-

-¿Ocultistas?-preguntó Elrik.



Ella le miró y suspiró.
-Lo intentaré.-Cerró los ojos y se concentró para crear bolas de fuego que rápidamente lanzó al techo para iluminar lo que duraron la sala.-Lo siento.-Dijo cabizbaja.-Es lo máximo que puedo hacer.

-maldición- dijo razios mientras no veía nada alrededor -siento algo aquí. pero si pudiéramos ver algo....¿tienes alguna idea para iluminar este maldito lugar?- pregunto el druchii a la semi-elfa

-

-si ocultistas. lo que serian mismo que herejes. o lo que seria lo mismo a una maldita muchedumbre hambrienta de sangre- dijo uno de los soldados -así que a fin de cuentas...lo que hay que hacer es correr. solo correr-

Ella le miró.
-Espera un segundo, quizás haya algo.-Se agachó y posó sus manos en el suelo para hacer crecer lianas y raices con las que creó dos teas para luego poner una llama en cada una. Al no pertenecer ya a su poder, el fuego se quedó estático, alimentándose de las maderas.-Listo.



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Elrik así lo hizo, corrió.

pronto un regimiento de soldados apareció del otro extremo -váyanse ahora mismo al castillo del norte. nosotros tenemos un deber y moriremos con el- dijo mientras los soldados se unían y formaban un escudo contra la increíble masa de ocultistas que venían hacia ellos -no nos queda mas de otra mequetrefe- dijo andrew a erik -habrá que correr y pronto-

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-tardaron mucho- dijo alguien en la oscuridad -claro que para mi el tiempo es inútil pero aun asi es de mala educación tardarse tanto. en especial si traes a mi nieta conmigo razios...no crees?-

Apunto estuvo de caérsele la tea pero logró sujetarla.
-¿A... abuelo?-preguntó con voz trémula por la emoción. Sabía quien era, lo cruel y despiadado que podía llegar a ser pero, en ese momento, todo eso quedó relegado a un segundo plano; olvidado.

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Elrik corrió junto a Andrew.

-si- dijo el por momento confirmando lo que nathal decia -Y NO!!- grito con otra voz mas fuerte y casi fuera de todo lo conocido. el se escucho en cada rincón del templo y posiblemente fuera. mientras en la oscuridad una piedra del tamaño de un puño brillaba lentamente.

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a andrew y erik les costaba creer que era lo que había ahí. destrucion y muerte en las formas mas inimaginables. -una cosa- dijo andrew tratando de no vomitar -a caso has matado a alquilen alguna ves?-

-¡¡¡Muéstrate!!!-le gritó Nathal-Por favor.

-no tienes que gritar- dijo ahora con una voz distorcionada. como si fuera dos los que hablaran -si estoy aquí ahora es porque eh dejado que me encuentren- mientras decía eso la piedra iluminaba poco a poco el lugar con su energía mientras nathal sentía que la herida de la muerte se cerraba poco a poco -ahora cálmense y si quieren preguntar algo o decir algo. háganlo ahora porque cuando el resto empiece no podrán decir nada...entendieron?-

Ella le miró.
-Razios-se dirigió a él usando el nombre.-¿Estuviste orgulloso de mi madre alguna vez?-le preguntó.-¿Estás orgulloso de mi?