La piedra del deseo.

-bah 2000 años pasan rápido fenomeno- dijo el sin mirar a nathal ella no le importo. estaba feliz de verlo apesar de su horrenda actitud hacia ella. el druida solo miraba a vincent y este le devolvía la mirada. al parecer se odiaban y como no tenian idea ninguno de los presentes

La chica a la que llamartemos LiTz comenzó a acercarse a la cathedral mientras a sus costados dos personajes de contextura y fisionomía parecidas comenzaron a mirarla mientras miraban, uno era una mujer de cabello crespo que la miró y repentinamente aumentó la velocidad del paso

razios y nathal aparecieron. los enanos se enojaron porque habia ahi elfos silvianos. asi tambien en viceversa. pero lo mas impresionante era el druida y el mago que se miraban fijamente y ya se notaba sus auras de poder

LiTz miró a todos los elfos que la rodeaban, se notaba que tanto ella como los dos elfos que venían tras ella estaban impresionados, enojados, y con muchas ganas de retirarse, el hombre (de los 2 que ella vio afuera) levantó su mano con cara de adversion y dijo unas palabras:
¿podemos retirarnos?

Nathal maravillada miraba embobada a los elfos silvianos y lágrimas rodaron por la comisura de sus ojos mejilla abajo.
-Son como mi madre-susurró casi inaudiblemente. Lentamente, como llevada por un imán que no pudiera controlar, se acercó a ellos, se les acercó y se quedó a centímetros de ellos. -Hola, soy Iremëy hija de Iori elfa del bosque, como vosotros-había hablado en élfico e hizo una reverencia, como le enseñará su madre tanto tiempo atrás.-Estoy encantada de conocer al fin al honorable pueblo de mi madre, venerables elfos.

los elfos parecian no escuchar a la semi-elfa pero fueron con los enanos -que hacen aqui estos locos borrachos?- dijo el elfo silviano. si algo saben todos es a no insultar a un enano. pero esto no cambiaron su postura -claro ustedes lo orejas puntiagudas. atacando y engañando como es comun en su horrenda raza. teniendo que vivir escondidos entre los arboles. !tipico entre los elfos cobardes¡- esto hirio el orgullo elfo. ahi razios lo noto la realciones enano-elfo no eran buenas pero ahora era mucho peor que antes

Nathal escuchó esas acusaciones y sin saber porqué, se vio enmedio de ambas razas con los brazos extendidos y las piernas abiertas, en actitud de detener la pelea.
-Por mucho que os odieís os necesitamos para la causa-les dijo mirando a unos y a otros.-Yo también odio a los enanos pero si una cosa aprendí de esta aventura es que...-miró a Razios-se puede aprender a colaborar; se puede aprender mucho los unos de los otros. Por favor, intentad dejar aun lado las diferencias. Por favor os lo suplico. Os lo suplico en nombre de los árboles élficos.-añadió.

Elrik miraba a Nathal y supo que estaba en graves problemas.

-una elfa- dijo el asur* a nathal -con un druichii?*- este no entendio lo que veia por un momento. mas eso quedo de lado por una fuerza que no se podia ignorar. era el druida y vincent el aura de sus poderes se notaba bastante. incluso para aquellos que no tenian magia. asi como la magia la tension entre estos dos seres era increible

-Sí. Aprendimos a colaborar-reiteró Nathal-Por eso os digo que se peude colaborar-Ya no solo lo decía para los elfos, sino para el resto también.

-si como no- dijo el mago -jamas colaborare con alguien como tu- dijo el druida mientras ambos levantaban sus baculos. uno hecho de oro y joyas el otro de sencilla madera tallada. vamos con la sencilla mision de destruirse mutuamente. razios se quedo asombrado con tanto odio y erik se preguntaba si el lugar resistiria tanto poder

-Druida, por favor...-suplicó Nathal, tratando de apaciguar los corazones. Pero... ¿Quien era ella?, nadie. Se mantuvo donde estaba, intentando que al menos los elfos no se pelearan con los enanos.

ambos iban a dar un paso adelante hasta que alguien grito -!DETENGANSE DE UNA VES¡- luego de esto se escucho un estruendo. todos voltiaron a ver a la dama del lago -!mirense ahora. los hombres bestia,los orcos,los no muertos todos ellos inmundicias que asolan a la tierra y sin embargo a diferencia de ellos. nosotros seguimos atrapados por las viejas peleas del pasado. no pido que dejen los recores les ordeno una tregua temporal. asi de sencillo- la voz apesar de que era normal sonaba claro y consiso como si estuviera susurrandolo al oido de cada quien -me han entendido?-

Nathal cayó arrodillada en el suelo y agradeció internamente la intervención de la dama.
Luego se levantó y regresó junto a Razios, mientras su corazón aun bombeaba sangre alterado.
-Ver elfos silvianos de tan cerca...-miró hacia el techo-me recuerdan tanto a ella, tanto...

-bien- dijo vincet -por ahora trabajaremos juntos- dijo el druida mientras retrocedia -recibiran ayuda de los asur eso no lo duden pero mantenos lejos de los enanos y del mago y estaremos bien- luego de ellos los dos elfos se dieron media vuelta y se fueron -igualmente a nosostros- dijeron los enanos y el mago. -bueno la reunion termino- dijo la dama mientras se sentaba en un balcon

Litz comenzó a golpear la puerta "dejenme entrar!!!"

-Bueno, no me han integrado-se encogió de hombros-¿Qué le vamos a hacer? Supongo que la tribu de mi madre era más abierta, si permitió a un humano convivir con ellos.

-sabes eso me pregunto- dijo razios -si tu padre tuvo que dejar bretonia y a todo lo que significaba entonces. caso tu madre no dejaria a los elfos silvianos?-

Litz se dio cuenta de que nadie abría la puerta, los dos otros elfos la miraron -como es que no sabías de la reunion?
-ustedes tambien llegaron tarde no?
-no contestaste mi pregunta- dijo el elfo hombre
-he estado viajando

-Por lo que me contaron, el pueblo de mi madre siempre vivió en la tierra donde nací hasta que cortaron los árboles y emigraron a esta zona. Aquí debieron conocer a mi padre y le debieron permitir convivir con ellos. Mi padre les debió decir que era guerrero y ellos lo aceptaron. Se enamoraron y fueron a vivir allí, a mi pueblo pero mi madre regresó a casa, aqui para luego volver al poblado. Eso fue lo que me contaron siempre mis padres-Finalizó.

-pues entonces te mintieron- dijo una voz. era una elfo pero se veia un tanto mas joven que los otros dos -te han mentido y de manera muy grande-

-¿Qué sabes tu?-le preguntó Nathal encarándolo, de forma brusca y furiosa-¿Quién eres tu?

-soy una asur o una elfo siviana y se mas de nuestra historia de lo que sabes tu!- ella dijo en ese tono que tiene los elfos silvianos con orgullo y arrogancia pero en modo desafiante como lo haria un joven

Nathal se pusó frente a sí.
-¿Qué sabes tu de mi madre Iori más que ella?-le preguntó desafiante. Su parte humana estaba quemada.

-no se mucho de ella pero si se de nuestra raza lo suficiente como para no confiar en otra raza- dijo esta mirando el rostro semi-elfico -los asur no confiamos en otras razas esta muy equivocada que los elfos confian en los caballeritos bretonianos y sus juegos de honor-

Nathal le miró.
-Pues fue así porque vivieron juntos los dos felices junto a mi. Me querían y se querían-le contestó casi gritando.-Estoy orgullosa de ser semi-elfa y de que mi padre fuera un simple y humilde caballero bretoniano; aunque enterrara su pasado aquí y decidiera cambiar de vida.