La piedra del deseo.

mirin estaba cansada asi que uso un hechizo el cual era como un rastreador. mirin se sento a descanzar mientras esperaba a erik se detuviera el tiempo suficiente para saber donde esta

Continuo camino y siguio cabalgando a gran velocidad hasta que, una hora más tarde, llegó a un punto.

Puso su mano sobre él último simbolo y dijo alto y claro.

-Hijo de Hurina... hija de Truen. Me llamo Elrik Fertn.-Entonces la marca se iluminó unos instantes y una enorme puerta, hasta entonces invisible, se abrió lo justo para permitirle el paso. Una vez hubo accedido, se cerraron y volvieron al mismo estado de antes.

mirin vio a erik diciendo el conjuro o lo que fuera. y salto directamente al lugar momentos despues de erik. mirin sentia una magia muy poderosa y antigua. mas de todo lo que habia visto antes

Mirin enseguida se vio rodeada de soldados y magos natares. Todos con una extraña marca en la mejilla izquierda en forma de tridente de color azul. Elrik había desaparecido de su vista.

-¿Quién te ha dejado entrar? Identificate.-Le exigieron.

-que importa- dijo una voz -ya nos encargaremos de ella- era una voz femenina pero que metia miedo en cada parte del cuerpo. erik miro nervioso. buscando la voz mientras los guardias parecian no moverse en lo asoluto pero mantenian la mirada en la cazadora

-Ven-le dijo un hombre fornido a Elrik. Este le siguió, mientras los guardias apresaban a Mirin y la encadenaban.

Elrik miró la sala del trono, aunque ningún rey estaba ahí sentado.

-Nos honra mucho que por fin hayas descubierto quien eres en realidad, Elrik.
-Yo también.
-Ese sitio es tuyo.
-Aunque... aun no me creo que este sea mi destino. -Entonces recordó a Nathal pero negó con la cabeza.
-Pues si. Este es tu destino. Eres el hijo de una princesa y ella está muerta, no tienes hermanos ni hermanas... el puesto es tuyo.

Elrik miró largo rato el asiento y hacía él se encaminó.

pero antes de que diera un paso. un latigo lo agarro del cuello y lo jalo fuertemente -lo siento pero antes tenemos que asegurarnos de algo- dijo otra vos este era masculina y se notaba un tono de desconfianza en el

Elrik le miró.

-Puedes soltarme... no os atacaré-Y soltó la espada que llevaba encima, aunque mostró la daga.-¿Os referis a esto?-preguntó.-Era de mi madre... lo podeís corroborar por la inscripción.-Explicó.

-es dificil. no puedo fiarme de ti. podrias ser otros de los que buscan las riquezas natare- dijo la voz mientras el latigo apretaba mas fuerte

-¿Riquezas natare?-Preguntó mientras trataba de respirar. -Sé que no tengo la marca que todos vosotros ostentaís, pero teneís que creerme, mi madre se llamaba Hurina. Ella fue obligada a casarse con un humano. Murió cuando yo nací, sino vendría conmigo.-Explicó.-Además... ¿no os sirve que haya dejado mi sangre natare sobre las rocas sagradas?-les preguntó. -Sino fuera natare, no habría podido acceder, el espíritu de mi madre me lo dijo-Explicó.-¿Qué más quereís saber?-estaba sintiendo como se estaba quedando sin aire y estaba a punto de caer al suelo.

-y porque venias con la humana?- dijo la voz mientras vigilaba a erik

(Elrik es mi otro personaje. Es natare y ahora está con su pueblo)


-Ella no vino conmigo.-Le dijo empezando a caer hasta que cayó de rodillas.-Me siguió. No me di cuenta de que lo hacía, lo siento.-Dijo agachando la cabeza, todo lo que el látigo le dejó.

-dejalo- dijo la voz femenina -si es un noble de los natare- dijo esta -no es la gran cosa pero al menos trajo la daga- luego de esto el latigo se fue de el cuello de erik y el pudo respirar normalmente

Una vez se hubo recuperado, les miró.

-¿Qué tan importante es la daga?-les preguntó.

-la daga en si no es importante. pero es una pieza mas- dijo la voz femenina

-Si quereís... sé de un sitio donde encontrareís más cosas de mi madre, como esa daga. -Les dijo seriamente, luego les dio la dirección de su casa. -Podeís matar al hombre que ahí vive. Él guarda celosamente los tesoros que hay en el cofre.

-unnnnnn tal ves pero si eres el hijo de quien dices la daga es lo unico que nos interesa pero podemos mandar a unos cuantos guerreros- dijo esta voz -que relacion tienes con la chica?-

-No tengo ninguna relación con esa chica-dijo él, todo lo serio que pudo. Había entendido que debía romper con su pasado.

-mientes- dijo la voz -te vimos en kratal y te esuchamos tambien mas vale que digas antes de que haya severas consecuencias-

-La conocí en el camino. -empezó a relatar el viaje, sin nombrar a Razios ni a Nathal, aunque suponía que ya lo sabrían. -Y eso pasó.

-pues bien entonces la chica es tu prisionera ¿que quieres hacer con ella?- dijo la voz femenina cada ves mas cerca

-La tendré de criada-dijo tragando saliva, por la próximidad de la figura femenina.

-interesante- dijo y esta aparecio. era una mujer alta(casi dos metros dijo erik impresionado). de color blanco palido como la muerte pelo morado. ojos rojos y un vestido de color fusia palido y algo desgastado. tenia joyas de rara procedencia y tenebroso diseño. erik no podia evitar medo de ella

-¿Puedo saber tu nombre?-dijo tragando saliva mientras la miraba.